Los seres humanos desde el principio de los tiempos nos preguntamos sobre nuestros orígenes, sobre la razón de nuestra existencia, de los por qué y para qué vivimos y qué somos como seres. Mucha confusión nos provoca el saber que solo utilizamos una mínima parte de nuestras capacidades mentales llegando a la conclusión de que no estamos despiertos, sino viviendo en un sueño, una realidad holográfica cuyo despertar está oculto en nuestro interior.
Conocerse a sí mismo es reencontrar todas las potencias y posibilidades que hemos heredado de nuestro orígen.
Conocernos en todos los sentidos y en todas las formas, profundizar en la Raíz de nuestro Ser, en el PROPÓSITO de nuestra Existencia.
Escarbar en las capas más profundas e íntimas de nosotros mismos para ver quién y qué somos realmente.
Este es nuestro primer deber como humanos y nadie puede hacerlo por nosotros.
Solo hace falta tomar la decisión y llevarla adelante mediante la práctica, como cuando Neo en Matrix tiene que elegir entre las dos pastillas, la azul para seguir dormidos o la roja para despertar.
La gran duda existencial
Por lo general, cualquier ser humano inteligente comienza a reflexionar en algún momento, con el afán de resolver los grandes interrogantes de la existencia ¿Quién soy? ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy?
Estas preguntas son la base del principio filosófico de la vida y afirman que el ser humano posee dudas muy profundas y un gran deseo por verlas descubiertas y manifestadas.
¿Quién soy?, ¿de dónde vengo y hacia dónde voy?, ¿Cuál es el propósito de mi existencia?, ¿Qué hago aquí?.
Son las preguntas claves en la existencia del ser humano y consecuencia del DESPERTAR de nuestra Esencia, siendo un impulso natural y coherente el tratar de responderlas.
Cabe entonces preguntarse…
¿Por qué en estos momentos no soy consciente de mi verdadero ser?, ¿por qué o cuál es la causa que me hace vivir como otro ser que en realidad no soy?.
La respuesta es sencilla aunque difícil de entender.
La respuesta es que NO ESTAMOS DESPIERTOS! sino viviendo en un sueño continuo.
¿Entonces, por qué no estamos despiertos?
Porque estamos inmersos en un profundo sueño hipnótico.
La psicología moderna afirma que sólo utilizamos alrededor de un 3% o un 7% de nuestra capacidad cerebral.
Entonces, el 97% restante…¿ Dónde está y qué hace?
Esa parte profunda y desconocida es la que llamamos Subconsciente, y de la que no tenemos control voluntario.
De esta manera vemos que sólo es una cuestión de «adormecimiento interior de todas nuestras verdaderas capacidades, las que todos poseemos, pero que no utilizamos».
Pero el subconsciente está ahí; funcionando, trabajando en nuestro interior, en nuestra vida diaria, pero siempre por debajo del umbral de nuestro consciente, de nuestro pequeño, fraccionado y limitado consciente.
¿Quién gobierna nuestra mente?
El infracosciente, el subconsciente, el consciente, el supraconsciente, son aspectos diferentes de una misma realidad mental y humana.
Todos ellos actúan simultáneamente en nuestra vidas, en diferentes niveles y en diferentes formas. Pero para el hombre común que no sabe nada de ellos, no conoce esa actividad interior, y esto lo hace vulnerable a cualquier impulso interno.
Supongamos que a una persona con características espirituales es hipnotizada por un profesional, y este le sugiere y ordena que se convierta en una persona malvada, cruel con sus semejantes.
¿Realmente creen que esa persona le haría daño a alguien? Por supuesto que ¡NO!.
No podría hacer daño a nadie, porque al pequeño consciente (3%) se lo puede engañar, pero al subconsciente (esa parte que es el reflejo de lo que realmente somos) no, y es imposible obligarlo a actuar contrariamente a lo que es en realidad.
En algunos programas de televisión, salen individuos que juegan con el subconsciente de algunos voluntarios que se dejan hipnotizar, y se les hace hacer cosas muy raras y hasta sorprendentes a veces.
Es como si estuvieran dormidos pero funcionando. Se les hace comer una cebolla y ellos piensan y sienten que es una manzana, se les hace saltar, reír, llorar como si fueran marionetas.
Pero intente sugerirles que hagan algo que esté en desacuerdo total con su verdadera moral o prejuicios, ¡No lo harán!.
El subconsciente sabe perfectamente quién es y qué es lo que está bien y lo que está mal para él.
Conociendo nuestra mente
Los remordimientos de conciencia, las intuiciones espontáneas, los impulsos incontrolados y sin causa aparente, todo eso, pertenece al mundo subconsciente y supraconsciente.
Sólo investigando, profundizando y meditando podemos conocerlo, conociendo así EL IMPULSO SUBJETIVO, LA CAUSA REAL que nos hace ser y actuar como lo hacemos en cualquier momento, y en cualquiera de las facetas de nuestra vida.
Es erróneo pensar que el subconsciente sólo está activo cuando soñamos o estamos inconscientes; él está las 24 h. del día funcionando y trabajando dentro, sin descanso.
La Mente y todas sus dimensiones es realmente «LA GRAN COMPUTADORA», siendo la mejor herramienta de que dispone el ser humano para vivir y evolucionar.
El verdadero problema del ser humano es que no sabe quién es, sí es un cuerpo de barro o un espíritu inmortal.
La gran confusión
El hecho de no saber qué es el ser humano, realmente produce una gran confusión de la que ni siquiera es consciente, y eso es debido a que no está DESPIERTO.
Incluso, cuando decimos que estamos despiertos, en nuestros quehaceres cotidianos, la mayoría del tiempo lo pasamos «dormidos», en fantasías e ilusiones imaginarias, en mundos irreales creyendo que somos este o aquel personaje de ficción.
Viviendo en el pasado e intentando cambiarlo, proyectando continuamente el futuro, y esperando, curiosamente, siempre algo.
Esto es muy triste, porque de las 24 h. del día ¿Cuántas horas realmente estamos despiertos?, ¿Cuánto tiempo estamos conscientes, atentos a lo que está ocurriendo en el AQUÍ y AHORA?
Experimentando feliz y plenamente “el eterno instante”, yo diría que en el mejor de los casos, y sin exagerar, unos 5 segundos más o menos.
A despertar!
Por lo tanto, ¿Cómo se nos ocurre pensar que nos conocemos a nosotros mismos? Ni sabemos quienes somos!!!, ni comprendemos qué hacemos aquí en este mundo, ni si existe vida después de él.
En la mayoría de los casos, ni siquiera se intenta investigar dicha ignorancia fundamental.
Cada cual crea su propia teoría, y vive en su propio mundo particular, en su propio SUEÑO de la vida.
El “Despertar” ciertamente es necesario, hace falta oxígeno para el alma, pero ese día sólo llegará cuando empecemos a trabajar sobre nosotros mismos.
Cuando empecemos a quitarnos los velos de la ilusión y de los espejismos que hemos forjado durante muchas vidas, SÓLO ENTONCES, empezaremos a despertar de verdad y a ser felices….
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