Qué es realmente la meditación

Qué es realmente la meditación

Qué es realmente la meditación, una pregunta muy frecuente entre las personas que aún no se adentran en este mundo de explorar en el interior de uno mismo.

Hoy en día mucha gente tiene esta sensación de estar atrapada, de estar encerrada en una vida que ya no parece ser satisfactoria.

Los invade un sentimiento desesperación que a veces es tapado por la actividad constante, por el cansancio extremo, relegando nuestras necesidades.

¿Quién no ha sentido alguna vez la necesidad de escaparse hacia una nueva vida, soñando ser liberada por un personaje heroico o imaginándonos que ganamos la lotería? 

Muchas personas se pasan la vida esperando; esperando a que pase algo que cambie sus vidas. Y aún así, la lección más básica y obvia que la vida ofrece, aparentemente tan difícil de comprender, es la de que la felicidad es un estado mental, y no algo que pueda ser adquirido del mundo exterior o de otras personas.

Todos perseguimos y deseamos la felicidad, pero la mayoría de nosotros la buscamos fuera de nosotros mismos; en otras personas, en el trabajo, o en las actividades recreativas.

A medida que envejecemos nuestros sueños se desvanecen lentamente. Vamos convirtiéndonos en personas menos idealistas, más pragmáticas.

Nos conformamos con lo que tenemos y tratamos de justificar esos sueños que nunca se cumplieron, o que sí se cumplieron pero que ya no nos satisfacen por su no llegada a tiempo. 

Nuestras vidas se van asentando, y mientras tanto lo único que hacemos es contemplar tristemente nuestros sueños rotos o vacíos. 

En este momento es tiempo de ver la vida con otros ojos.

Debemos mirar hacia dentro nuestro y buscar aquella puerta que nos revele nuestras necesidades más profundas así como nuestras aspiraciones más elevadas.

La meditación es un modo de abrir esa puerta. Al abrirla das el primer paso en el “sueño” del despertar que, a través de la historia, ha sostenido la imaginación de la humanidad. 

Es un sueño sin final predeterminado; es una aventura -la aventura de recrearnos, de convertirnos-. 

El gran mito humano del trascenderse a uno mismo.

Significa que comenzamos a conectar con nosotros mismos de una manera más profunda, a experimentarnos a nosotros mismos como partes de algo mucho más grande y más inmenso. Nos adentramos en la totalidad del curso de la vida.

 

La puerta de la meditación

puerta a la meditación

La puerta de la meditación es la puerta de la conciencia y el amor universal, de la expansión sin un límite conocido. 

La meditación empieza con el proceso de adentrarse en uno mismo y nos conduce a emerger en la corriente misma de la vida, siendo nuestra separación de ésta la causa de nuestro más profundo descontento.

Meditar significa contemplar de un modo amable y bondadoso nuestra vida y descubrir la manera de despertar y liberarnos. 

Todos albergamos numerosas ideas y creencias sobre nosotros mismos. Son muchas las historias que nos contamos acerca de quiénes somos, lo que queremos, nuestra inteligencia y nuestra amabilidad. 

Pero éstas, con mucha frecuencia, no son más que ideas limitadas y ajenas que acabamos asumiendo e interiorizando acríticamente como propias. 

Entonces…

Meditar es descubrir nuevas posibilidades y despertar la capacidad de vivir de un modo mas sabio, amoroso, compasivo y pleno.

Cuando abrimos esta puerta nunca sabemos lo que vamos a encontrar -sí, puede que sea “un perro hurgando”, pero quizás haya “un jardín o una ciudad mágica”-.

La meditación es una apertura. Al menos soplará el viento 

Dh. Paramanada del libro Cambia tu Mente.

 

Es importante meditar para poder conocernos a nosotros mismos, con nuestra luz y oscuridad, para obtener paz y mejorar nuestra relación con el mundo exterior. La libertad no está allá afuera, sino en nuestro interior.

 

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