El Reiki es una técnica intuitiva para armonizar las energías del cuerpo humano, originada en Japón. Utiliza las manos como herramienta para direccionar el trabajo y lograr cambios en los planos físico, mental y emocional del consultante.En nuestro universo todo está hecho de energía, incluyendo objetos, lugares, seres humanos, animales y plantas. Nuestro cuerpo físico, nuestra actividad mental y nuestras emociones también están compuestos de ella. La energía vibra a una frecuencia o “velocidad”, y cada estado de la materia tiene una frecuencia determinada.Los estados anímicos y físicos que interpretamos como negativos, así como la enfermedad, la inestabilidad mental-emocional y los desequilibrios en general que percibimos como malestares en nuestra vida, vibran a una velocidad más lenta, y los que percibimos como bienestar, salud, paz y equilibrio vibran a una velocidad más elevada.La energía direccionada con Reiki busca devolver todo el cuerpo del consultante a su vibración elevada y armónica, pero los resultados varían acorde a cada caso. Es por esto que el tratamiento puede ser diferente para cada persona, en cuanto a su duración y frecuencia.

Si bien para cada persona la experiencia es diferente, hay determinados beneficios y efectos que pueden esperarse y son usuales posteriormente a una sesión de Reiki. Esta lista es generalizada, y puedes experimentar mejoras en cualquier plano y situación de vida sobre la que se quiera hacer hincapié, pero el Reiki es principalmente evolutivo, alineando a la persona con su verdad interna para permitirle alcanzar su verdad más elevada y actuar en consecuencia, y este debería ser siempre el objetivo.

En términos generales, el consultante se acomodará en una camilla, descalzo y vestido, en estado de relajación y con los ojos cerrados, mientras el terapeuta o reikista trabaja con la energía a través de diversas posiciones de manos que abarcarán todo el cuerpo, o sobre alguna sintomatología o malestar particular.El terapeuta puede o no apoyar las manos suavemente para trabajar (siempre con el consentimiento del consultante), o puede trabajar acercando las manos al cuerpo de la persona sin tocarla. Adicionalmente, pueden también utilizarse símbolos, mantras, péndulos de cuarzo, y algunas otras piedras o cristales para lograr efectos complementarios.Acorde a las preferencias y conocimientos del terapeuta, también puede utilizarse cromoterapia, musicoterapia, cuencos tibetanos, aromaterapia, sahumado, Ho’oponopono, metafísica, visualizaciones, limpieza energética o cualquier otra herramienta que éste implemente y sea complementaria.Cualquiera sea la metodología de trabajo elegida, siempre apuntará a la armonización de las energías del cuerpo del consultante y a su libre fluir a través del sistema energético, propiciando el equilibrio natural y el bienestar.

El terapeuta o reikista no sana a su consultante. Simplemente armoniza las energías que permitirán a éste procesar las situaciones o emociones correspondientes para poder avanzar por su camino de vida. El terapeuta facilita y acompaña en el proceso, pero en todos los casos el verdadero sanador es el consultante.Nunca se podrá ir más lejos de lo que la persona interesada decida avanzar en su propia sanación. Si la sanación implica realizar cambios internos a los cuales la persona no está dispuesta, pueden experimentarse alivios momentáneos del malestar, que retornarán con el paso del tiempo, cuando la energía vuelva a acomodarse según la conducta del consultante.Siempre el trabajo de sanación, aprendizaje y avance dependerá del interesado, y el poder para la curación estará enteramente en sus manos, aunque la importancia de un terapeuta serio, experimentado y comprometido, es fundamental para recibir la guía adecuada a lo largo del trayecto.Si no estás convencido con tu primera experiencia, prueba con otro terapeuta. Prueba hasta encontrar el que consideras más adecuado a tus necesidades y preferencias.

A veces los efectos de la sesión de Reiki pueden ser sutiles y durar unos pocos días, especialmente durante las primeras sesiones, aunque en ocasiones pueden percibirse notables cambios después de la primera sesión.Cuando los resultados no son evidentes, la persona puede pensar que nada ha sucedido, pero rara vez es éste el caso. Lo más probable es que los pequeños cambios experimentados en la percepción y la conducta vayan desarrollándose paulatinamente y hayan pasado desapercibidos.En términos generales, deberían sentirse los primeros efectos al menos después de la segunda o tercera sesión de Reiki. Los beneficios más fácilmente percibidos son la mejora en el descanso, mayor tranquilidad y estabilidad emocional, o el desbloqueo de emociones o memorias durante mucho tiempo reprimidas.Para una persona que viene muy estresada a la consulta, por ejemplo, con problemas para descansar y relajarse, ya es un beneficio percibido el hecho de que se relaje y se quede dormida durante la sesión. Lo mismo sucede cuando una persona experimenta grandes bloqueos emocionales que se liberan durante el tratamiento o en los días inmediatamente posteriores.Cuando los cambios son más fundamentales y a largo plazo, a veces es difícil percibirlos, por lo que es buena idea explicarle a la persona que aprenda a prestar atención a su estado interno y a la manera en la que se siente en el día a día, fomentando su auto conocimiento y la toma de consciencia.

Todavía me causa mucha gracia nuestra mente occidental, acostumbrada a la visita médica. En este caso, la persona insiste en que demos una devolución acerca de “cómo va la cosa” y de “si voy mejorando”.El mundo de la energía es un poco más complejo y sutil que la visita al médico, y si bien hay beneficios que son claramente perceptibles de una sesión de Reiki a la siguiente, a veces sencillamente hay cosas que escapan a nuestra comprensión.Dependiendo de la situación con la que me encuentre, generalmente me gusta dar al menos una pequeña devolución de lo que he percibido en el campo energético de la persona durante la sesión, y con qué proceso de vida está relacionado, pero el avance y crecimiento evolutivo no siempre es lineal, lo que nos desalienta de buscar este tipo de resultados.Si has obtenido resultados palpables de tus sesiones de Reiki, esto es excelente, pero el hecho de no percibirlos no significa que nada esté ocurriendo. Observa los aspectos más sutiles de tu vida, aquellos cambios que te ha estado costando hacer o los pequeños logros de tu día a día antes de llegar a la conclusión de que el tratamiento no está surtiendo efecto.

Como todo en esta vida, creo que hay personas que pueden obtener excelentes beneficios del Reiki, y personas que pueden beneficiarse más de otro tipo de terapias. Es importante en este sentido no juzgar como “bueno y malo”, sino más bien como “esta terapia es la más adecuada para mí en este momento”.Si tuviste tu experiencia con Reiki y sientes que no fue positiva, o no has logrado nada con ella, a pesar de haber probado varios terapeutas, entonces no hay nada de malo con decir que hay otro camino que es el más indicado para vos.Lo más relevante de esta experiencia es encontrar el camino que te lleve más cerca de vos mismo, y no juzgar el camino que te ha tocado recorrer. Si asistir a una sesión de Reiki te conecta con tu ser interno más elevado, está perfecto, y si tocar la guitarra en el parque a la luz del sol alcanza el mismo fin, ese puede ser el camino para vos.